Reseña publicada en el suplemento «Babelia» del diario El País, 23 de junio de 2012
Narrativa. Pocas miradas tan originales -y desquiciadas- podrán encontrarse bajo la premisa de lapersecución política, que es, en realidad, un pretexto, un punto de partida para una ficción dislocada que se sirve de ella para desatar la paranoia y examinar a fondo el asunto de la identidad. «Yo quería ser otro, pero no puedo. Por eso uno viaja: no cambia el ser, cambia el paisaje», dice uno de los protagonistas, el doctor Hunico. Unas cien páginas más adelante, un personaje secundario, el actor Doctorovich, retruca: «nadie quiso con tanto ímpetu ser otro. El problema es que nunca supe bien quién soy». Entre ambos, Ferretti, el otro personaje protagónico, vive una continua sucesión de transformaciones en planos distintos, algunas de extrema radicalidad: es que el pánico ante los omnipresentes aparatos de seguridad lo lleva a elegir caminos cada vez más extremos en el arte de ocultarse y de convertirse en otro, cuestión que la novela se empeña en demostrar que es imposible. A su delirio persecutorio se suma el de grandeza del doctor Hunico, una suerte de gran demiurgo de la acción que sigue a Ferretti incluso hasta las profundiades del océano. Más que en el estilo -transparente y sin rebuscamientos formales-, Guebel pone la fuerza de su narrativa en una trama que siempre va un paso más allá en el empeño por trastocar la realidad y llevar la ficción hasta el límite, tan ilusorio, a su vez, como la línea del horizonte. Y si las transformaciones y aventuras de Ferretti, por asombrosas que sean, no afectan el núcleo de su identidad, los feroces y rigurosos razonamientos del doctor Hunico aspiran a demoler progresivamente el endeble tinglado en que aquella se funda. En las disquisiciones de Hunico, y también en las de Doctorovich, hay otra muestra del talento de Guebel para acopiar saberes y citas sin que parezca un alarde de erudición. La deriva hacia lo grotesco y el gusto por la sangre pueden llegar a ser agobiantes, pero quedan más que compensados por la brillante ejecución de un plan narrativo que desafía la capacidad de acombro.
El perseguido. Daniel Guebel. El Desvelo Ediciones, Santander, 2012. 181 páginas, 20,90 euros.