A la hora en que cada uno tiene razón

albert-caracoA la hora en que cada uno tiene razón, todo está perdido, todo se vuelve permitido y posible, es la hora trágica por excelencia y es la nuestra. Estamos en medio de personas de buena fe, que morirán por su causa aceptando inmolarse, sabemos que su causa es un malentendido en la mayoría de los casos, pero no sirve de nada informarles de ello, se negarán a creernos y especialmente teniendo en cuenta que ahí se contiene su razón de vivir. El ideal es casi siempre un pañuelo de equívocos y si sustraemos el contrasentido, consagramos a la mayoría de los hombres al absurdo, ya que la verdad no está hecha nunca a su medida. Ahora bien, nuestros medios, a cada vuelta de rueda, vuelven la verdad más fuerte y nos sentimos cada vez más desorientados en el universo, este universo que humanizamos sin cesar: esta paradoja no es menos trágica que la precedente y no se le ve una solución. ¿Cuánto tiempo subsistiremos presa del desorden? Pues el desorden no sabría eternizarse, el espíritu humano no lo soporta sin estallar. Entonces la catástrofe parece preferible y el hombre vacila en precipitarse, con la esperanza de forzar la mano al futuro.

Albert Caraco. Breviario del caos, Sexto Piso, 2004. página 75. Las negritas son mías. El texto original es de 1982. La traducción es de Rodrigo Santos Rivera.

La bestia de París y otros relatos

Reseña publicada en la revista «El Sábado» del diario El Mercurio, 14 de marzo de 2015

bestiaAunque el cuadro de la portada recuerda las esculturas del Parque de Bomarzo, tan socorridas para dar una idea de lo monstruoso, en realidad es un cuadro de Eugène Atget, muy apropiado para el primer y más extenso reportaje de este breve libro. El volumen agrupa cuatro crónicas de Marie-Luise Scherer -alemana y ganadora de varios premios por su trabajo-, escritas en París. Un asesino, dos escritores y muchos diseñadores de vestuario son los temas que permiten el despliegue del consumado talento de Scherer, cuyo trabajo periodístico se sitúa en la vereda opuesta del afán de golpear con una noticia.

Lo suyo va mucho más allá. El reportaje inicial es un ejemplo: todos los datos importantes están en los diarios y, aunque se advierte un intenso trabajo de reporteo, está en el entorno de los hechos, en la personalidad de víctimas y victimarios, en la caracterización de barrios y de calles. «La bestia de París» fue el apodo que los medios de prensa entregaron a un misterioso y escurridizo asesino especializado en señoras ancianas que vivían solas. El asesino -que contó con un cómplice en los primeros crímenes- sembró el terror en los barrios en torno a Montmartre durante varios años. Podría ser una crónica policial como tantas; lo interesante es el elusivo punto de mirada de Scherer, que huye de todo tipo de interpretaciones o que, más bien, dispone los hechos de tal modo que el lector podrá llevarlas a cabo. La historia es sórdida, triste, brutal y despojada de humor, pero también es una oportuna ventana a las carencias y debilidades que pueden alimentar la aparición de personajes tan amorales como el protagonista.

Otra crónica ejemplar es sobre Marcel Proust o, más exactamente, sobre el rodaje de El amor de Swann, de Volker Schlöndorff, a comienzos de los ochenta. Scherer presta tanta atención a los hábitos sociales del escritor francés como a las personalidades de Alain Delon, Ornella Muti o Jeremy Irons, los protagonistas de la película, y se las arregla para establecer una lectura que se superpone a las obras del escritor y del cineasta, una interpretación sutil, amable y original. Las otras dos crónicas -sobre el surrealista Philippe Supault y sobre el mundo de los desfiles de moda- siguen la misma pauta: más que información, hay lectura; más que apego a los datos, hay elegancia en el estilo; y la originalidad no está en los temas escogidos, sino en el modo de tratarlos.

Marie-Luise Scherer. Sexto Piso, Madrid, 2014. 127 páginas.