En el café de la juventud perdida

Reseña publicada en la revista «El Sábado» del diario El Mercurio, 29 de noviembre de 2008

cafe-juventud-perdida-patrick-modiano_1_1_1332772El escritor francés Patrick Modiano (1945) ha tenido una presencia constante, pero errática, en el ámbito editorial español. En la década de los setenta, Alfaguara le publicó novelas como Los bulevares periféricos y La ronda de noche. En ese entonces, el autor era una joven promesa de la narrativa francesa, un creador singular que, aunque no había vivido la Segunda Guerra Mundial, recreaba de manera magistral la sordidez del París ocupado. En los ochenta y noventa, la misma editorial publicó sucesivos libros del escritor galo, sin que alcanzaran la resonancia de sus primeras obras. En la presente década, las editoriales Debate y Anagrama han tomado el relevo; la primera, con Las desconocidas y Joyita; la segunda, con Un pedigrí y En el café de la juventud perdida, calificada por la revista Lire como la mejor novela francesa publicada en 2007.

La nostalgia y la paciente reconstrucción de la vida parisina en tiempos ya idos parecen ser las marcas de fábrica de la narrativa de Modiano, especialmente en aquellas novelas que han alcanzado el mayor reconocimiento de la crítica. El título de esta última está tomado de un texto de Guy Debord, el filósofo situacionista cuya obra suele asociarse a la revuelta francesa de 1968, y está ambientada precisamente en esa época, en un café parisino donde la filosofía, los paraísos artificiales, las utopías y la literatura se dan cita en torno al alcohol y la bohemia. Personajes ya un poco perdidos, ya descentrados del curso burgués de la existencia, alcanzan un cierto sentido de la pertenencia gracias a su inclusión en un cuaderno donde se registran todas las entradas y salidas de los parroquianos del café Condé: una identidad frágil, en todo caso, expuesta al «maelstrom de las grandes urbes», con poca o ninguna historia, propia del bohemio que Modiano define, apelando al diccionario, como «persona que lleva una vida de vagabundeo, sin normas ni preocupación por el mañana». Pero sí hay una preocupación común a varios de los bohemios, el personaje en torno al cual se ordena la narración y que da pie a que la crítica señale que se trata de una novela de misterio. Es Louki, así rebautizada en el café Condé, una mujer joven, callada y enigmática que atrae no tanto las miradas como la curiosidad, no tanto el deseo como la interrogación, pero que también convoca en su estela el ansia de poseerla o al menos de hacerse parte, o de conocer siquiera, su vida fuera del café, su esquiva identidad, el secreto del que se rodea. El celebrado trabajo de Modiano en torno al «formidable poder de la memoria» se verifica aquí a través de los distintos personajes que rodean la figura de Louki, cuyo destino da un sentido muy distinto al título de la novela. No sólo es el paso de los años, no sólo es la nostalgia; hay más maneras de perder la juventud que dejar que el tiempo cumpla con su implacable tarea.

Anagrama, Barcelona, 2008. 131 páginas.