Spandau

Reseña publicada en la revista El Sábado del diario El Mercurio, 3 de noviembre de 2012

SpandauEl título del libro alude a la cárcel berlinesa donde cumplieron sus condenas siete altos dirigentes del Tercer Reich, entre ellos Albert Speer y Rudolph Hess. En este nuevo poemario de Gloria Dünkler, Spandau funciona en realidad como una ausencia, como el lugar otro donde alguno de los aludidos en el libro debería haber purgado sus condenas. Y aunque hay referencias explícitas a Walter Rauff, cuya extradición a Alemania no fue concedida por la Corte Suprema de Chile, no hay que entenderlas de manera restrictiva; podría haber sido él o cualquier otro nazi que encontró refugio en Chile. Ese no lugar recorre el libro a través de fragmentos, de retazos de un tapiz cuya forma seguirá dibujándose a medida que progrese su proyecto poético. Su libro anterior, Füchse von Llafenko, es más amplio en el arco de temas que éste, aunque vuelven a surgir de manera más tenue. Son la sustancia de la que se nutre la creatividad de Dünkler, al menos en estas obras (las poesías inéditas incluidas en Gutiérrez parecen sugerir un cambio de rumbo): la convivencia entre alemanes e indios, entre gringos y criollos, en el paisaje agreste al sur de Temuco; la áspera naturaleza, la fría crueldad con los animales, la violencia de la memoria, las consignas nazis, la Segunda Guerra Mundial y su carga de exterminio. La mirada de Dünkler viene desde dentro, desde el seno de esa comunidad de inmigrantes, pero también desde la extrañeza, la lejanía y la dificultad de enfrentarse a una herencia siniestra. Dividido en cuatro secciones («Vecinos», «Tijerales», «Cuidados del hijo» y «Finales»), el libro progresa en esa durísima inmersión en el pasado desde un presente poblado de animales domésticos, noche y niebla en este rincón perdido del mundo: “cada tarde los empujaba a sus establos / y marchaban sin protestar / entonando su canción lastimera. / Ayer eran prisioneros hambrientos / hoy son patos y gallinas”. Poemas breves que suelen dar un giro sorpresivo, versos cortantes y directos, «es un viejo malo del cuesco que repite “era mi trabajo”», que «cree en las razones de los otros y en las propias / habla con fantasmas»: los fantasmas de Adolfo y de José, de Paulo y de Augusto en Villa Baviera, «de marchas y cantos que nos hacían llorar». «Adónde vamos los vivos. / De dónde vienen los muertos», pregunta otro poema, y esas interrogantes nunca se pierden de vista en el recorrido.

Gloria Dünkler. Ediciones Tácitas, Santiago, 2012. 57 páginas.

“Mein Kampf”. Historia de un libro

Reseña publicada en la revista «El Sábado» del diario El Mercurio, 21 de mayo de 2011

“Es impactante el paralelismo del libro con el destino de Hitler: sus respectivas historias pueden resumirse en una formidable y constante subestimación”, afirma Antoine Viktine luego de analizar el impacto inicial de Mein Kampf, “Mi lucha”, en la sociedad alemana en los años anteriores al estallido de la Segunda Guerra Mundial. Hitler dijo, en algún momento, que, si hubiera tenido la certeza de llegar a la Cancillería del Reich, jamás hubiera publicado el libro, porque revelaba demasiadas cosas. Y, sin embargo, nadie pareció tomarlo demasiado en serio, ni cuando ya estaba en el poder y era un hombre rico gracias a los ingentes derechos de autor (varias decenas de millones de euros en moneda actual) que le reportaba la venta del libro. Es decir: una formidable subestimación que impidió apreciar que ahí había, efectivamente, un programa; que el llamado a la violencia no era retórico; que el odio a los judíos no era sólo de palabra.

Es una pequeña parte de la historia que relata el francés Viktine, un documentalista que luego tomó el material acumulado en su investigación sobre Mein Kampf y lo transformó en un libro que comienza en las cervecerías muniquesas de entreguerras y llega hasta nuestros días, cuando en países como Turquía el libro de Hitler sigue siendo un best seller y conocemos otros casos de textos con anuncios y programas aberrantes que nadie tomó demasiado en serio hasta que la violencia racial o ideológica (en la Cambodia de Pol Pot, en Ruanda, en Serbia) estalló nuevamente y arrasó con millones de vidas. Viktine va paso a paso, desde las primeras reseñas (y burlas) hasta la desaparición del texto en aras del menosprecio (y nuevamente la subestimación) de Hitler como un poseso histérico que fue una anomalía irrepetible. Viktine vuelve al libro, a las razones de su pervivencia, a sus ideas centrales y a las maneras en que ha sido procesado, distribuido, recibido y leído con el paso de las sucesivas décadas; y de todo ello extrae siete lecciones que conviene tomar en cuenta. Detengámonos sólo en la séptima: “prohibir Mein Kampf no sirve para nada (…). Está entre nosotros, y estará entre nosotros todavía por mucho tiempo”, de modo que más vale “extraer de él lecciones útiles”, porque el libro “contiene su propio antídoto”.

Antoine Viktine. Anagrama, Barcelona, 2011. 265 páginas.