Distancia de rescate

Reseña publicada en la revista «El Sábado» del diario El Mercurio, 6 de junio de 2015

Distancia de rescate - SchweblinLa escritora argentina Samanta Schweblin ha cultivado hasta ahora, y con singular éxito, la narrativa breve. Sus cuentos han ganado diversos premios en Argentina, México y España. La única excepción es Distancia de rescate, una novela breve y compleja que prolonga una tendencia de su trabajo, la aparición del misterio, «el guiño a lo fantástico», como ella misma la ha caracterizado. En la novela acuña una expresión precisa para la atención que las madres -y los padres- prestan a sus hijos pequeños, esa suerte de radar que los mantiene en alerta frente a su presencia o ausencia, a los ruidos y los silencios, a la distancia justa que permite acudir en su auxilio si tienen algún problema. Esa es la «distancia de rescate» que se pone en tensión en la novela, cuando Amanda y su hija Rita llegan a un lugar de veraneo donde el principio de realidad comienza a descarrilarse.

Hay una oscura amenaza en el lugar, una enfermedad misteriosa, una casa verde que no se relaciona para nada con la de Vargas Llosa; es el lugar de la práctica de una suerte de medicina no tradicional, que propone la curación mediante la migración del espíritu hacia otro cuerpo, único modo de detener un mal tan inasible como desacostumbrado. «Eso no es lo importante», repite, como un mantra, uno de los personajes, David, que dialoga con Amanda y la ayuda a reconstruir el hilo de lo sucedido. Así está construida la novela, un relato en primera persona donde Amanda se interroga y describe los días recién pasados, puntuado por intervenciones de David -un niño- que trata de no hacerla perder el hilo y fijar la historia con exactitud: se trata, sobre todo, de atrapar un momento, el instante en que Amanda perdió la distancia de rescate y se precipitó la desgracia. Schweblin trabaja muy bien el misterio y el suspenso; el relato explora morosamente lo ocurrido en pocos días, pero esa exactitud, esa mirada minuciosa, se pierde también en lo que no se puede atrapar, en los hechos que se escurren entre los dedos, en el flujo de una historia donde los breteles de un bikini o una mancha de humedad que ha dejado el pasto en la ropa, pueden ser las señales definitivas o una pista que conduce a un punto ciego. Todo el libro está atravesado por la extrañeza de la transformación, del uno que pasa a ser otro, y esa es otra distancia que el relato enuncia, explora y nunca termina de agotar.

Samanta Schweblin. Literatura Random House, Buenos Aires, 2014. 124 páginas.

El mundo sin las personas que lo afean y lo arruinan, Patricio Pron

Reseña publicada en la revista «El Sábado» del diario El Mercurio, 14 de mayo de 2011

Hay que reconocerle mérito a Random House Mondadori en la selección de autores que lanza al mercado. Aunque se trate de uno de los estandartes de la industria editorial y buena parte de su producción es de corte masivo (y con eso quiero decir conservador, para gustos domesticados y lectores poco exigentes), incluye también, en sus distintos sellos editoriales, apuestas que destacan por su calidad y, en algunos casos, por el riesgo. Por ejemplo, con escritores argentinos como Iosi Havilio (de quien en esta columna comentamos Estocolmo) y Patricio Pron, que ofrece, además, uno de los mejores títulos de libros de los últimos años.

El mundo sin… es una colección de cuentos ambientados en Alemania y con una mayoría de personajes alemanes. Si surge el nombre de Argentina, es un país derechamente imaginario donde lo literal corre a la par que lo fantástico (así, las calles están pavimentadas con plata que viene del Río de la Plata). Señalo esto para destacar que el libro está muy distante del abordaje tradicional del escritor-latinoamericano-en-un-país-europeo. Pron relata historias que se sostienen por sí mismas y borran las condiciones de origen, salvo, claro está, el hecho de que se trata de un escritor con alta conciencia de estar escribiendo literatura. No es una redundancia gratuita. De hecho, al menos uno de los cuentos recuerda poderosamente el tono de Bolaño en algunos relatos de Llamadas telefónicas. Pero Pron, desde luego, tiene una voz propia, que destaca por el finísimo tramado del lenguaje –depurado, exacto, con una rara capacidad para crear atmósferas- que sostiene historias también finas, sutiles, a ratos casi irreductibles a una línea de tiempo; historias donde los narradores adoptan distintas voces y puntos de vista para atrapar mejor ese momento en que cada relato se resuelve; y cada resolución, cada cierre, muestra de nuevo al escritor consciente y seguro de sus medios, pero que los usa para dejar que el misterio, el riesgo, el juego y la apuesta estilística se adueñen de su obra. Hay una cierta paradoja en que el cuento más literario de todos, “El estatuto particular”, trate sobre la anunciada muerte del cuento; Pron demuestra, con singular agudeza, que el cuento está muy vivo.

Patricio Pron. Mondadori, Buenos Aires, 2011. 218 páginas.