Reseña publicada en la revista «El Sábado» del diario El Mercurio, 31 de diciembre de 2011
Videos subidos a Youtube mostraron grandes grupos de jóvenes, de mujeres, de hombres, exhibiendo su profundo dolor –o la representación física de un tremendo dolor- tras la muerte de Kim Jong-il, el sucesor de Kim Il-sung, que a su vez entrega el cargo a su hijo Kim Jong-un. Sin claves de interpretación es imposible saber si el llanto es genuino o parte de una coreografía mortuoria similar al arirang, “la gimnasia de las grandes masas y actuación artística” propia de Corea del Norte. Esa muestra graduada y escogida con pinzas de los dolientes en las calles de Pyongyang es, con todo, una de las poquísimas escenas de aquel país que traspasan las fronteras. Como señala la autora en la introducción del libro, Corea del Norte es un hoyo negro en un sentido hasta literal: la caída de las redes eléctricas por la falta de mantenimiento y de recursos energéticos arroja al país a la noche más lóbrega en cuanto cae el sol, noche cerrada que las fotos aéreas satelitales muestran en toda su crudeza al lado de sus iluminados vecinos. La muerte de Kim Jong-il ha vuelto a poner en escena el país-claustro y, para entenderlo mejor, Querido líder, vasto reportaje basado en entrevistas con personas que lograron huir de Corea del Norte, es el libro ideal. Editado en mayo en España, acaba de llegar a Chile y habrá que agradecer, en este caso, el retraso de la distribuidora local, puesto que satisface plenamente la ansiedad por saber algo más sobre este extraño sobreviviente del estalinismo y el culto a la personalidad en el mundo contemporáneo. Bien escrito y sin las tintas demasiado cargadas, el libro estremece por el radical estilo de los gobernantes de Corea del Norte, que practican a escala gigantesca el adoctrinamiento de la población y logran, en buena medida, pasar por bueno un régimen en realidad aberrante, que ofrece como resultado una espantosa hambruna y se debate en una creciente pobreza, retrocediendo en el tiempo hacia épocas más precarias y con mayores carencias (aunque hay un sector –el armamento nuclear- donde Corea del Norte sí es un país moderno). Pero más allá de los datos y los juicios, este libro abruma por el registro de lo cotidiano, donde se muestra con mayor crudeza la cerrazón, la falta de oportunidades y la miseria física y espiritual a que es sometido un pueblo.
Barbara Demick. Turner, Madrid, 2011. 382 páginas.