Las fuentes del afecto. Cuentos dublineses

Reseña publicada en la revista Sábado del diario El Mercurio, primero de febrero de 2014

Con cuentagotas y a algunas librerías llegan los libros de la editorial barcelonesa Alfabia, que, como algunas otras independientes (o pequeñas, digamos), cultiva un catálogo ecléctico en géneros, épocas y nacionalidades, aunque una de sus fortalezas (de nuevo, se ha hecho un procedimiento habitual en este tipo de sellos) es el rescate de autores olvidados o nunca traducidos al español. Es el caso de la irlandesa Maeve Brennan, una escritora que sólo cabe calificar de extraordinaria. Emigró muy joven a Estados Unidos (su padre fue el primer embajador irlandés en aquel país) y se quedó para siempre, aunque su narrativa siempre se sitúa en su país natal. También cultivó con gran éxito la crónica, que centró en la ciudad donde definitivamente se radicó, Nueva York, y sus textos -livianos, agudos, con gran sentido para elegir el detalle exacto- conforman un retrato magnífico de la ciudad.

Este volumen reúne todos los cuentos de Brennan (no fue una escritora prolífica) y la nouvelle que da título al volumen, uno de los retratos más descarnados y melancólicos sobre la edad madura y sobre el peso de las relaciones de familia en el curso de una vida, la vida de Min, tan aferrada a esos lazos que nunca puede escapar de ellos y los rumia incansablemente, ya en su vejez, rodeada de los objetos que fueron de sus parientes y que por fin han retornado donde ella cree que deben estar, en el último santuario de la familia. Alice Munro piensa que se trata de «una de las mejores narraciones en lengua inglesa del siglo XX» y seguro que tiene razón. Los primeros cuentos tienen un marcado carácter autobiográfico, ya desde el narrador en primera persona, y tienen ese sabor agridulce de los momentos de infancia fijados por el recuerdo. La siguiente serie de relatos se centra en dos familias, los Derdon y los Bagot, y en estos cuentos la anécdota es lo que menos importa; a la inversa de la chispa y gracia de sus crónicas neoyorquinas, los relatos dublineses abordan, de manera implacable, el declive de vidas que ceden el empuje y la energía ante el hastío y la creciente soledad. Son cuentos donde la atmósfera lo es todo, y en ambientes cerrados, con rutinas que son la única salvación ante la decadencia o la locura, los personajes de Brennan muestran hasta qué punto el vacío y la pérdida de sentido pueden enrarecer y asfixiar todo posible atisbo de vida, de verdadera vida. Así y todo, es imposible escapar del sutil  e inmisericorde tejido narrativo de la autora, por su excepcional calidad narrativa.

Maeve Brennan. Alfabia, Barcelona, 2013. 437 páginas.