Reseña publicada en la revista «El Sábado» del diario El Mercurio, primero de agosto de 2015
Esta novela de Milena Busquets es uno de los sucesos de la temporada 2015 en España, reeditada y traducida rápidamente a diversas lenguas. Su autora propone un relato que se basa en su biografía, especialmente en la relación con su madre, la famosa escritora y editora que fundó y mantuvo bajo su dirección por 40 años el sello Lumen. Una de las razones es la misma que la crítica le reprochaba a Javier Marías cuando publicó su primera novela: no parece española. Es decir, nada de la pesadez del castizo y sí un ritmo veloz e infatigable, al lado de una saludable desinhibición para hablar tanto de temas íntimos como de la especial relación con su madre, a quien define como «el gran amor de su vida».
Como en tantos otros casos recientes, no importa en absoluto qué es ficticio y qué pertenece al dominio de la biografía; lo que interesa es cómo Busquets elabora ese material y se lo propone al lector. La agilidad narrativa y la vivacidad de las descripciones, así como la puesta en escena del torbellino que la sacude en el verano siguiente a la muerte de su madre, que pasa en Cadaqués en compañía de sus hijos, de sus amigas, de sus dos ex maridos y de su amante y su familia -ya esa conjunción insólita da para el desarrollo de una historia novedosa-, es un relato atractivo en parte por ello y en parte por el aire de honestidad y sinceridad que lo recorre, ayudado además por la fluidez del paso de la narración en primera persona a interpelaciones directas a la madre muerta, muy bien integradas en la estructura. Es una protagonista que pareciera no querer dejar nada en la sombra, que describe a los hombres que le gustan, que no tiene problemas -al contrario- con las relaciones paralelas, y que, sobre todo, vive el momento con una enorme intensidad, con los ojos abiertos a todo lo que puede ser de interés en el mundo. Solo la malogra un cierto hábito sentencioso, casi epigramático, que suelta en hilera frases que, en realidad, suelen decir muy poco o que no resisten la comparación con otras experiencias vitales. Van dos tomadas al azar: «Amamos como nos han amado en la infancia, y los amores posteriores pueden ser solo una réplica de ese primer amor». «No hay marcha atrás en una historia de amor, una relación es siempre una carretera de sentido único». Puede no ser relevante para la lectura. Es solo que ese tipo de afirmaciones taxativas van sumándose y afectan el ritmo de la narración.
Milena Busquets. Anagrama, Barcelona, 2015. 172 páginas.