Reseña publicada en la revista «El Sábado» del diario El Mercurio, 18 de julio de 2015
Este libro es una buena muestra de la obra de la escritora colombiana Margarita García Robayo (Cartagena de Indias, 1980): cuatro cuentos y una novela -o nouvelle, mejor dicho-, «Hasta que pase un huracán», que ocupa unas 50 páginas en esta edición. El limpio estilo de la autora, ajeno a alardes vanguardistas y fiel al designio de armar buenas historias, hace que la escritura fluya con naturalidad y les da fuerza a relatos cotidianos de un Caribe desacostumbrado, lejano tanto de los excesos del realismo mágico como de los lugares comunes sobre la fogosidad, el ritmo y la intensidad de la vida sobre la línea del Ecuador. Los cuentos desarrollan historias que inquietan y dejan un regusto amargo: el niño obeso que ve cerrarse el mundo, la hija que no quiere ver a su padre, la joven intelectual que a fuerza de querer una relación no convencional termina por sucumbir a la ausencia de un concepto, el cuarentón de viaje doblemente atrapado en un hotel de paso y en la historia de una mujer que tiene miedo. La novela es protagonizada por una chica cuyo único objetivo en la vida es irse del país, y en ese empeño descubre que, aunque el mundo no tenga fin, da igual donde estés. «Lo bueno y lo malo de vivir frente al mar es exactamente lo mismo: que el mundo se acaba en el horizonte, o sea que el mundo nunca se acaba», escribe al comienzo de su relato, que, al igual que los otros, puede leerse como que el horizonte en realidad no existe, que las historias son circulares, que las historias que le cuenta Gustavo, el viejo pescador, son tan repetitivas y monótonas como el videojuego en que entretiene sus días el adolescente ya tan gordo que necesita una silla de ruedas para moverse.
Hay que destacar, más allá de la amargura, la potencia de los relatos y la calidad de la escritura. Aunque a primera vista parezca que hay más de algún final abierto, los relatos están perfectamente concluidos, con sutileza y elegancia; y la novela, sobre todo, muestra el talento de García Robayo para delinear en una sola historia, en un golpe de mirada, en la trayectoria de un personaje cuya inteligencia se convierte en su peor condena, el destino de las clases medias, residentes y migrantes, en el ámbito caribeño. «El medio es el peor lugar en donde estar: casi nadie salía del medio, en el medio vivía la gente insalvable».
Margarita García Robayo. Montacerdos, Santiago, 2015. 127 páginas.