Reseña publicada en la revista «El Sábado» del diario El Mercurio, 14 de marzo de 2015
Aunque el cuadro de la portada recuerda las esculturas del Parque de Bomarzo, tan socorridas para dar una idea de lo monstruoso, en realidad es un cuadro de Eugène Atget, muy apropiado para el primer y más extenso reportaje de este breve libro. El volumen agrupa cuatro crónicas de Marie-Luise Scherer -alemana y ganadora de varios premios por su trabajo-, escritas en París. Un asesino, dos escritores y muchos diseñadores de vestuario son los temas que permiten el despliegue del consumado talento de Scherer, cuyo trabajo periodístico se sitúa en la vereda opuesta del afán de golpear con una noticia.
Lo suyo va mucho más allá. El reportaje inicial es un ejemplo: todos los datos importantes están en los diarios y, aunque se advierte un intenso trabajo de reporteo, está en el entorno de los hechos, en la personalidad de víctimas y victimarios, en la caracterización de barrios y de calles. «La bestia de París» fue el apodo que los medios de prensa entregaron a un misterioso y escurridizo asesino especializado en señoras ancianas que vivían solas. El asesino -que contó con un cómplice en los primeros crímenes- sembró el terror en los barrios en torno a Montmartre durante varios años. Podría ser una crónica policial como tantas; lo interesante es el elusivo punto de mirada de Scherer, que huye de todo tipo de interpretaciones o que, más bien, dispone los hechos de tal modo que el lector podrá llevarlas a cabo. La historia es sórdida, triste, brutal y despojada de humor, pero también es una oportuna ventana a las carencias y debilidades que pueden alimentar la aparición de personajes tan amorales como el protagonista.
Otra crónica ejemplar es sobre Marcel Proust o, más exactamente, sobre el rodaje de El amor de Swann, de Volker Schlöndorff, a comienzos de los ochenta. Scherer presta tanta atención a los hábitos sociales del escritor francés como a las personalidades de Alain Delon, Ornella Muti o Jeremy Irons, los protagonistas de la película, y se las arregla para establecer una lectura que se superpone a las obras del escritor y del cineasta, una interpretación sutil, amable y original. Las otras dos crónicas -sobre el surrealista Philippe Supault y sobre el mundo de los desfiles de moda- siguen la misma pauta: más que información, hay lectura; más que apego a los datos, hay elegancia en el estilo; y la originalidad no está en los temas escogidos, sino en el modo de tratarlos.
Marie-Luise Scherer. Sexto Piso, Madrid, 2014. 127 páginas.