Reseña publicada en la revista «El Sábado» del diario El Mercurio, 28 de febrero de 2015
Es llamativo que en países nórdicos como Suecia y Noruega la novela negra tenga una presencia tan destacada. Se trata de antiguos Estados de bienestar que están entre los más prósperos del mundo, tienen un número relativamente bajo de habitantes (entre ambos no alcanzan la población de Chile) y en el Índice de Desarrollo Humano -que conjuga variables de bienestar social con indicadores económicos-, Noruega ocupa el primer lugar y Suecia, el duodécimo. Claro que hace poco un ciudadano noruego, Anders Breivik, asesinó en un solo día a más de cien compatriotas suyos, pero fue, claramente, un hecho excepcional no solo para Noruega, sino para el mundo. Bueno: de ese país de altísimo bienestar, con cinco millones de habitantes, de ciudades pequeñas y amables, viene Jo Nesbø, el último triunfador en el género policial, con una historia de psicopatía que viene de al menos una generación atrás y que se desarrolla en medio de disputas ácidas, bajas y despiadadas entre los servicios policiales.
El leopardo es una novela extensa, cuya trama da vueltas y revueltas, con intervenciones de la voz en off del asesino hasta alrededor de la mitad; el resto, cuando ya más o menos se conoce su identidad, es un juego de persecuciones aderezado con traiciones, amores, armas de grueso calibre, instrumentos africanos de tortura (aunque más bien se trata de instrumentos creados por europeos para torturar a africanos), viajes a Ruanda y El Congo, encuentros con mercenarios, volcanes en erupción, sobornos. En fin, de casi todo lo que es posible encontrar en el género está en estas páginas, protagonizadas por un detective de personalidad inestable y muy dañado por un caso anterior; quien vuelve a la pista de la caza por necesidad, pero que aún no está preparado para asumir eso que suele llamarse una vida normal.
La novela es, sin duda, interesante, aunque provoque más de una duda que las calles de Oslo sean tan traicioneras. Tiene raptos discursivos sobre la condición humana, por así decirlo, que perturban el desarrollo narrativo. Y el montaje de los tramos finales parece destinado a una eventual versión cinematográfica, lo que, en verdad, no es ningún problema: el suspenso está bien logrado y Harry Hole, el detective protagónico, resuelve lo que parecía imposible, en páginas de acción electrizante que cierran bien el amplio desarrollo narrativo.
Jo Nesbø. Literatura Random House, Buenos Aires, 2014. 691 páginas.