Reseña publicada en la revista El Sábado del diario El Mercurio, 27 de julio de 2013
Esta novela del canadiense Patrick deWitt se inscribe en una tradición memorable tanto en la literatura como en el cine, el western. Pero hay poca continuidad real entre novelistas clásicos del género -como Zane Grey, James Fenimore Cooper y James Oliver Curwood, o el alemán Karl May- y DeWitt, que más bien se sube al caballo de la novela esperpéntica y burlesca. Nada hay de épico en la vida de los hermanos Sisters, asesinos a sueldo de un personaje conocido como El Comodoro, y sí un humor negro y retorcido que surge en medio de miserias, retorcijones de estómago, asesinatos gratuitos (en todos los sentidos posibles: nadie le pagó a los Sisters por cometerlos y eran, además, innecesarios). El autor construye un mundo reconocible, claro, por las cabalgatas, los revólveres, la desenfrenada fiebre del oro, la casi nula presencia de la ley en el viejo Oeste, pero también es un mundo distinto, donde no existe ese espíritu fundacional de expansión y ocupación territorial que tanto se le asocia; en cambio, están la codicia, la mugre, la degradación, el egoísmo, y un desfile casi inacabable de seres dañados y patéticos.
El que narra es Eli, el más introspectivo de los hermanos, y su mirada parece apenas recoger el hilo de los acontecimientos -muchos de ellos absurdos y grotescos, aunque Eli nunca los asocie con tales adjetivos: simplemente ocurren- y el lento y ocasional aflorar de emociones o sentimientos. Lo que más destaca, en realidad, en los dos hermanos, es la ira y la capacidad de ejercer la violencia, nada extraña en una biografía como la que él y Charlie van reconstruyendo en sus conversaciones. Todo lo matiza, por cierto, la veta humorística que DeWitt maneja a la perfección y que le da su tan peculiar tono a una novela, que ha sido premiada en Canadá y que, de una manera también retorcida, es bastante más que una novela de aventuras; la relación entre los hermanos y su historia familiar termina por convertirse en lo más importante y en ello radica en buena medida su capacidad para convertirse en un libro atractivo para lectores de todas las latitudes. Es interesante también por su capacidad de renovar un género largamente olvidado, que recibe aquí una luz bastante menos glamorosa y heroica que lo habitual. Los Sisters son todo lo contrario de un héroe y en esa condición degradada puede radicar su extraño encanto.
Patrick deWitt. Anagrama, Barcelona, 2013. 335 páginas.