Reseña publicada en la revista El Sábado del diario El Mercurio, 15 de junio de 2013
El escritor mexicano Jorge Ibargüengoitia se ganó un puesto en el canon latinoamericano por al menos dos de sus novelas, Los relámpagos de agosto, Premio Casa de las Américas 1964, y Las muertas. Además de novelas, cuentos y obras de teatro, escribió muchísimas crónicas y columnas que publicó en el diario Excélsior y la revista Vuelta entre 1968 y 1983, año en que murió, junto a intelectuales latinoamericanos como Ángel Rama, Marta Traba y Rafael Scorza, en un accidente aéreo cerca de Madrid. En vida, Ibargüengoitia publicó dos antologías de sus crónicas y posteriormente han aparecido seis más. De manera que la selección de Recuerdos de hace un cuarto de hora -hecha por Rafael López Giral sobre la base de esos ocho libros- es el destilado del destilado, lo mejor de un gran observador dotado, además, de un sentido del humor quizá involuntario, como él se encargó de recalcarlo: «Lo que a mí me interesa es presentar la realidad, y si la presentación es chistosa está muy bien. Pero hacer un chiste de algo que no es chistoso me parece grotesco». Es que es irresistible hablar de humor luego de la lectura de estas crónicas. Quizá la realidad es chistosa por sí misma, aunque es más probable que se trate del modo en que Ibargüengoitia la lee y la desnuda. Como bien señala Álvaro Díaz en el prólogo, la más extensa crónica del libro, Revolución en el jardín, es también la que mejor expresa su manera de mirar. Rara vez emite un juicio y aquí, menos; pero su manera de escoger lo que narra y cómo lo dispone tiene una envidiable capacidad de mostrar. Dividido en cuatro secciones -«En primera persona», «Cortesías mexicanas», «Lo que vi, lo que no vi», «Preguntas que no puedo contestar»-, el autor reflexiona sobre palabras, costumbres, museos, tipos de conversación, literatura, viajes, sueños, crónica roja (una columna extraordinaria sobre el modo en que se presentan los crímenes en la prensa mexicana, francesa e inglesa), recomendaciones de pintores o gasfíteres que resultan ser los peores en su ámbito, idiosincrasias nacionales, conferencias, la educación (su diatriba contra la escuela es memorable: «El sistema escolar es una confabulación diabólica, de la que los alumnos son las principales víctimas») y mucho más. Este rescate es uno de los más refrescantes, agudos y divertidos publicados en Chile en mucho tiempo.
Jorge Ibargüengoitia. Ediciones Universidad Diego Portales, Santiago, 2013. 166 páginas.