Sinatra: la columna que no fue

Entregué esta columna, que tenía que aparecer publicada el sábado 2 de enero, 9 días antes, justo cuando apareció una nota sobre el mismo libro en la sección cultura del diario. El lunes de esa semana me pidieron que les entregara otra reseña, pero no precisaron bien el la hora límite de la entrega y finalmente no alcancé. Pedí que al menos la postergaran, pero creo que finalmente no aparecerá.

El álbum de Frank Sinatra

Sobre “La Voz” se han publicado miles de libros: una búsqueda en Amazon de biografías de Sinatra arroja sobre 600 títulos, pero con sólo su nombre hay más de 20 mil. ¿Qué agrega, entonces, esta lujosa y cuidada edición, más allá del impresionante material gráfico que incluye? Que el autor es Charles Pignone, un tipo que a los 18 años, en 1984, se convirtió en presidente de la Sinatra Society of America. Desde entonces hasta ahora edita el boletín de la institución, tiene pleno acceso a la familia y se ha convertido en la mejor fuente para el conocimiento de un cantante que marcó a su época. De ahí que este libro no es uno más. Tal como dice Frank Sinatra Jr., la inmensa mayoría de los textos sobre su padre prometen “todos los detalles inéditos de su vida”, cuando en realidad constan “de citas e historias sacadas de otros libros”. No es el caso de éste, apoyado en entrevistas y testimonios de más de 30 personas, acumulados a lo largo de los años, entre los que se encuentran familiares, cineastas, actores y músicos (algunos ya desaparecidos, como Ronald Reagan, Richard Burton y Billy Wilder) y, desde luego, el mismo Sinatra. El texto sigue la clásica línea de tiempo de una biografía, pero sobre la base de testimonios hilados por breves textos de Pignone.

Se trata, obviamente, de una historia oficial que abona a la construcción del mito: cómo se forjó Sinatra, cuáles fueron sus orígenes, de dónde vienen sus principales apodos (“La Voz” y “viejo ojos azules”), su amistad con John Kennedy y Ronald Reagan y su coqueteo con la política, su pasión por el juego, su don sobre los escenarios, su activo papel como actor. No hay mucho énfasis en las zonas oscuras y las acusaciones que se le formularon en otros tiempos. El libro, sin recargar las tintas y con mucha sencillez, propone a un personaje de su tiempo que vivió las contradicciones y temores de la época y que, como artista, ganó una merecidísima fama en el panteón de los grandes.

Pero quizá la nota más distintiva del libro, y que lo hará más valioso para sus admiradores, es la cantidad y calidad del material gráfico repartido en sobres entre las páginas. Desde guiones para apariciones radiales con Dean Martin hasta entradas para sus shows en diversas partes del mundo, desde los programas de las galas presidenciales de 1961 y 1981 hasta afiches, telegramas y partituras, todo en el mismo papel, tamaño y formato de los originales, conforman una muestra notable del recorrido artístico y vital de Sinatra. Pignone describe los objetos y su contexto, lo que valora más aún el despliegue gráfico y el esfuerzo editorial. En suma, se trata de un libro-objeto como pocos, que ya por ello merece que se le destaque. Y, por cierto, también incluye un cd con antiguas y poco conocidas grabaciones.

Charles Pignone. Global Rhythm Océano, 2009, 192 páginas.

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